viernes, 26 de agosto de 2011

17

No creo en la numerología. Puede que sí que crea algo en el destino, pero no en los números. En mi anterior actualización, os hablaba de una expresión inglesa, Aftermath, que no tenía traducción. Hoy os dejo otra que tampoco la tiene, “Painted by numbers life”, vida pintada de números o algo así. Viene a evocar a la rutina. Quiero creer que mi vida no está pintada con números, pero si hubiera una cifra que lo definiera todo, casi como el 42 en la guía del autoestopista galáctico, sería el 17.

Dicen que un bebé en el vientre de su madre empieza a mostrar señales de vida en su semana diecisiete de gestación. A esta altura del embarazo, el cordón umbilical de la criatura se ensancha, aportándole cada vez más nutrientes. Más vida. Es en este momento cuando empieza a moverse, brazos, piernas…  

Siguiendo este recorrido vital, esa personita se encontrará sola ante el peligro a los 17 años. Aunque la mayoría de edad en algunos lugares de Estados Unidos no se alcanza hasta los 21, los 17 marcan el momento en el que uno puede conducir (desde un coche a un avión), ir al cine a ver una película para mayores sin un acompañante o donar sangre. Incluso ir a la cárcel.

Culturalmente, el 17 ha tenido mucha importancia casi sin quererlo. Alfred Hitchcock, encumbró este número con una película. No me interesa demasiado el mundo del automovilismo, pero también es una cifra con miga en este deporte. Y me reservo un as bajo la manga para hablaros del  17 en el mundo de la música.

Paradójicamente, según el MIT, el 17 es el número que menos se elije. También es el número de teléfono de la policía en Francia. El número de sílabas de un Haiku. En citoarquitectura, el área 17 del cerebro humano, conocida como área de Brodmann, es la que permite la visión. En argot médico, el 17 es la cifra que designa a un paciente psiquíatrico.

No entiendo la mitad de las cosas que implica en matemáticas el número 17, pero muchos de los grandes, desde Fermat a Gauss, también tuvieron algo que decir de esta cifra. Es el número atómico del cloro. Y el grupo de los halógenos en la tabla periódica.

Ovidio murió el año 17 Después de Cristo. La Primera Guerra Mundial empezó en 1917. Y en el 2017 habrá varios eclipses lunares. Un número clave en el Genesis. 17 fueron los capítulos por el mismo Zoroastro en la Yasna y el número de Suras, versos, del último capítulo del Corán. Por cierto, ¿Hace falta aclarar que ese último capítulo es el número 17?

También es un número maldito para los italianos. En números romanos, XVII, es el anagrama de VIXI, en latín, el pretérito perfecto del verbo vivir: “he vivido”. Una forma poética de llamar a la muerte que Cicerón utilizaba para anunciar una ejecución. 

No quiero obsesionarme con esto. Tu cumpleaños es el 17 de mayo. Y de toda la selección de música que escuchamos aquel 17 de octubre, fue con un disco en concreto, Adore de los Smashing Pumpkins, en algún punto de sus 17 canciones, cuando dimos comienzo a una historia en común. O más bien, decidimos reescribirla. En la cara interna del disco, se lee lo siguiente:

“17 segundos de compasión,
17 segundos de paz,
17 segundos para recordar que el amor
Es la energía con la que todo se crea,
17 segundos para recordar todo lo que es bueno,
17 segundos para olvidar tus heridas y el dolor,
17 segundos de fe,
17 segundos para volver a confiar en ti,
17 segundos de brillo,
17 segundos para mandar una oración,
17 segundos son todo lo que necesitas”

(Billy Corgan)

1 comentario:

Nacho dijo...

No deja de sorprenderme tu capacidad para elaborar un texto interesante de la nada (en este caso el número 17). Por cierto, en 1917 comenzó la revolución rusa y no la primera guerra mundial (1914-1918). Lo siento Pablo, pero nadie es perfecto...Je je je. Nacho