martes, 16 de agosto de 2011

Juventud, divino tesoro...

Antes de que afiléis los cuchillos, y sé que alguno de vosotros lo hará, dejadme aclarar una cosa: soy agnóstico, no ateo. Hay un abismo entre ambos términos que muchos no entienden. Hoy me voy a permitir un pequeño paréntesis en lo “habitual” en mi blog y voy a dar mi opinión. Y recordad, que las opiniones, son como los agujeros del culo: todo el mundo tiene el suyo. He oído y visto muchas barbaridades estos últimos días, referidas a la visita del Papa. En ambos bandos. Lo que escribo ahora, es sencillamente mi punto de vista del asunto.

El domingo por la noche, volvía a casa del centro de salud con un buen chute de corticoides. Me encontré con una buena montada cerca de mi portal, en Antoniutti. Y por un momento pensé que habíamos vuelto al siete de julio y que era San Fermín otra vez. La juventud cristiana había montado un escenario cerca. No estaba metido entre la multitud, pero si alguien estaba por ahí, que me corrija si me equivoco: escuchaba música, a un maestro de ceremonias… En fin, nada fuera de lo habitual.

De acuerdo, no era tarde, pero tampoco temprano. Poco a poco, los celebrantes subían el tono y supongo que se lo estaban pasando bien… Y como todo el mundo sabe, cuando esto ocurre, todo buen Disc Jockey sube el volumen y anima más la fiesta… Hasta tal punto, que yo en mi salón, no podía escuchar la televisión. No miento. La verbena que instalan exactamente en el mismo sitio en San Fermines, creedme, organiza menos jaleo. Y aunque los jóvenes cristianos no nos dejaron meados, vomitonas ni kalimotxo, me dejaron un buen rato sin descanso. Vale, terminaron su propia Rave poco más tarde de las doce. Si somos intransigentes con unos, también lo somos con otros. Sólo pido eso.

No sé a que hora sería, pero a la mañana siguiente, nuestros nuevos y madrugadores vecinos, ya tenían enchufado el Halellujah de Leonard Cohen, dándolo todo.

Quiero evitar pensar en fanatismo. Supongo que yo me encuentro en un punto de vista totalmente opuesto. Lo que sí que os puedo decir, es que todo extremo es malo, desde el Aberri Eguna al JMJ. Y lo siento mucho, pero este tinglado me parece una auténtica exageración. 

Dar semejante cobertura a este evento, la imagen que se da, la permisividad con los peregrinos en Madrid, todo lo que se ha oído con los famosos descuentos de transporte, sólo hacen una cosa y lo siento, aquí, alguno me fusilará: convertir al Papa en una auténtica estrella del Pop.

Una amiga mía escribía hoy en Facebook que esperaba que la próxima vez que viniera AC/DC a Madrid esperaba que también cortaran la Gran Vía y que le rebajaran el precio del metro. Me he reído, pero he pensado lo mismo, Ane. He visto a fans de U2 comportarse con la misma devoción. Y ésto no es discutible: creo que ya no se trata de una celebración de la cristiandad. Han conseguido convertirlo en un macro festival.

Como os decía, he visto, oído y leído mucho estos días… Todos lo hemos hecho. Y todos tenemos derecho  a una opinión. Podemos posicionarnos por el bando de los “malos” o hacer como un tuitero al que leí hace poco que rezaba un Ave María cada vez que escuchaba un comentario en contra de todo esto: uno por el que lo había hecho y otro por el Papa. Me alegro por esa persona y adelante si es lo que considera oportuno. Sólo espero que no haya abierto demasiado su Twitter o Facebook últimamente o se habrá hartado de rezar. “La palabra está en la calle”, como decía Liam Gallagher.

Seamos razonables todos: es bonito tener creencias, y creer en un ser supremo, bien sea Dios, Buda, Yahve o Monstruo de Spaghetti Volador. Pero llevar a este extremo las cosas… Sin olvidar las últimas perlas que ha tenido Rouco Varela con el aborto. Es algo, un lujo, que ninguna religión debería permitirse. El culto debería personal. No masivo. 

Dicho esto, disfrutad si estáis en Madrid…

1 comentario:

Ines_tables dijo...

Yo estoy en Madrid y me está resultando bastante insoportable. Entrar al metro y que una manada de gente grite, cante y sople con la vuvuzuela en tu oreja no hace mucha gracia cuando te acabas de levantar para ir al trabajo. Que digo yo, que no creo que haga falta que monten esa bulla en masa porque realmente molestan a las demás personas con las que comparten el transporte público. Por no hablar de que la estrella del evento ha realizado voluntariamente acciones que deberían juzgarse... pero ese es otro tema.
Desde luego, todo este tinglado es una exageración que no viene a cuento.