jueves, 1 de diciembre de 2011

Protagonistas y secundarios (siempre de lujo)

Pensad en vuestra vida como una inmensa trama argumental. A veces, yo lo hago. Y os tengo que decir que fantaseo que después de ese flash que recorre tus ojos antes de que todo termine, hay unos títulos de crédito con un larguísimo reparto. El director es uno mismo, quiero y no quiero pensar que todo está puesto en manos ajenas. La putada es que el tiempo te deja con muy pocos protagonistas y cientos de secundarios. Pero casi todos son secundarios de lujo.

Son los secundarios los que marcan a veces una historia. Secundarios que cobran importancia vital. Secundarios que terminan erosionándose en el guión. La magia está también en pensar que tu papel forma parte también de otras historias, convirtiéndote también en protagonista y secundario para otros. ¿Cuándo y cómo aparecen esos personajes? El azar a veces, juega un papel importante. Pienso en algunos de estos maravillosos actores de mi vida y sonrío, pero no puedo evitar pensar en gente que se ha perdido en pleno argumento. 

No hay peor final que una desaparición inesperada. Son difíciles de entender siempre. A algunas desapariciones terminas haciéndote a la idea. Otras son espinas clavadas, especialmente cuando hablas de amistades. Entiendes la erosión de la que os hablaba antes. Es inevitable. Supongo que este post es para ti. Para alguien que fue una secundaria de lujo que se terminó borrando de sopetón.

Esta persona desapareció hace ya dos años y no he vuelto a tener noticias suyas salvo por mensajes crípticos y noticias de otros. Y lo que me jode en sí, lo que me pica por dentro todavía, es el no saber qué ocurrió. Ni si está bien.

De alguna manera me siento identificado. Yo también entré en un Limbo del que no supe salir durante años y yo ni siquiera dejé un rastro. Sólo un puñado de conjeturas tristes y falsas. No hubo señales ni mensajes. Simplemente desaparecí  del mapa. Fue un golpe de suerte el que me trajo de vuelta.

A día de hoy, sólo quiero esperar que las cosas te vayan mejor. Cómo ves, todavía no me he resignado. Si no, no estaría escribiendo estas líneas. He intentado ponerme en contacto contigo en un par de ocasiones durante estos dos años. Me he encontrado siempre con un tremendo vacío. Y sí, puede que aún no sea el momento. Cada uno tiene su tiempo y su duelo.

Hoy vuelvo a dejar miguitas de pan en el camino, porque sin quererlo me he vuelto a acordar de ti y del día a día antes de que todo se fuera a la mierda. Primero me hundí yo y después tú. Y hoy el mensaje es el siguiente: sigo aquí. Tengo abiertas puertas y ventanas. Hay un café esperando y no se quedará frío.

No es fácil aterrizar de nuevo y volver a los hábitos de siempre. Lo sé yo y lo sabes tú. Pero te puedo decir que las manos amigas ayudan a recuperarlos. De no ser por ellas yo hoy no estaría aquí. Sólo puedo quitarme el sombrero, hacer una reverencia a todo ese elenco que me ha ayudado. Hoy por ti, mañana por mí. Tenlo presente. Hasta entonces, y quiero creer que no soy idiota y será pronto, seguiré esperando.

No hay comentarios: