lunes, 14 de marzo de 2011

Cuéntanos una historia, sé que no eres aburrido...

“Por favor, permitid que me presente,
Soy un tío de dinero y buen gusto”

Así se presenta Satanás en “Simpathy for the Devil” de los Stones. Así se presenta Jagger. ¿Yo? Bueno… Yo no soy nadie en particular. Sólo alguien que hoy ha salido a pasear un rato y ha decidido que después de la caminata se pondría a escribir.

Hola a todos, soy Pablo. Muchos me conocéis del Facebook, del fotolog... De estar de cañas conmigo o de haberme visto sencillamente por la calle. Todos amigos. Este fin de semana, animada por Vero, mi novia, decidí abrir una cuenta en blogspot. Abrir el tarro de moscas en el que ahora estáis.

Twitter no es para mí. Me estresa. Es otra realidad de la que me di cuenta hace poco. Necesito espacio para escribir. No titulares. Y la limitación de caracteres en Facebook no facilita demasiado las cosas. A veces tengo mucho que decir en un espacio demasiado pequeño. Supongo que esto es una declaración de intenciones.

Los que me conocíais de antes, de mi etapa de fotolog, o del sitio que tenía en MSN, sabéis que soy alguien que disfruta contando historias. Siendo de alguna forma un narrador. Y en aquel entonces, de verdad disfrutaba escribiendo historias. Mi día a día en general. No diré que con arte. No soy un escritor. Hay sólo tres cosas que hago bien ahora mismo: hablar inglés, tocar la guitarra y contar historias, y ni siquiera estoy seguro de que lo haga con talento. Me siento cómodo con las dos primeras, pero la última… Está algo oxidada. Y os diré porqué:

Durante un tiempo, tuve miedo a tener una conversación. Sencillamente, el mundo se paró para mí. El simple hecho de estar en un bar, tomando una coca cola con unos amigos me agobiaba. Y el abismo que se puede llegar a crear entre dos personas cuando una de éstas no habla puede llegar a ser muy profundo. No me apetecía comunicarme. Ni por escrito, ni en persona. Había perdido la labia. El mojo. Podéis llamarlo X.

¿Por qué os cuento esto? Tardé casi dos años en recuperar la chispa. En perder el miedo. En que me entrara otra vez el gusanillo por contar historias. Y fue un día, con su fecha y su hora, cuando cogí el teléfono y grité hola al mundo otra vez. Todavía sigo peleando por ello. Por recuperar amistades erosionadas o que creía perdidas.

Se tarda meses en recuperar un músculo cuando se ha dañado. Muchas horas de rehabilitación, dolor y juramentos en arameo. Mi músculo era el narrativo. Mis herramientas, la cabeza, los dedos y una capacidad innata para llegar a ser un tocapelotas si me lo propongo. Ya no me importa el Pablo de antes y lo qué escribía. Me preocupa el Pablo de hoy, y lo que os puede llegar a contar.

Hoy soy una mezcla entre Eddie Vedder en Elderly woman y Jerry, el marciano cabrón de  Esfera. Curioso, algo más sabio que antes, y un poco hijo de puta. Soy un viejo diablo, y con ésto volvemos al principio.

Bienvenidos al tarro de moscas.

2 comentarios:

Verónica dijo...

Bienvenido querido con mil ganas de leerte y le grites al mundo!

Nahum dijo...

Pues por aquí nos pasaremos, como las moscas...