martes, 21 de junio de 2011

Videodrome

Videodrome es una peli que acojona. Pero puede ser el título más adecuado para el post de hoy. Hacía tiempo que no pasaba por aquí. Pero me alegra el deciros que ya estoy de vacaciones, que tengo cosas que contaros y en general, que sigo con la mente despejada.

Lo que vengo a contaros hoy es algo nuevo: he desempolvado mi interés por lo audiovisual, gracias a un proyectillo que me ha motivado mucho. Se llama Limbo 2.0, y su primer episodio está ya en Youtube, La Espera.

Los que me conocéis bien, especialmente mis amigos de la época universitaria, sabéis que hay dos cosas que me hacen perder la chaveta: la música y las películas de David Lynch. De acuerdo, uno se hace mayor y cada vez le da más pereza el descubrir cosas nuevas. Es fácil anclarse en el pasado. Pero sigo siendo aquel estudiante de audiovisuales que una vez tituló a una de las canciones de su grupo Mulholland Driver.

Limbo 2.0, le debe mucho a Lynch. Especialmente a Cabeza Borradora. Lo mágico de este tío es que es capaz de meterte en películas sin pies ni cabeza, que son puras sensaciones. Cuadros abstractos. Inland Empire, o la segunda mitad de Mulholland Drive, por ejemplo, son auténticos lienzos en los que se mezclan con arte todos los estados posibles: desde la risa, a la fascinación por lo puramente estético e incluso, el miedo. Hay de todo. Y si intentas darle un significado, terminará saliéndote humo por la cabeza. Os lo aseguro.

La idea es sencilla, pero tiene su miga. Se trata de algo rápido: grabar en un lugar cualquiera. Cientos, miles de planos. Todos los posibles. Y todas las ideas son bienvenidas. La edición se realiza al día siguiente y es el propio puzzle de imágenes el que marca la historia. No hay guión. Se improvisa sobre lo que se tiene. Sobre ese montaje, se realiza una banda sonora, que no puede llevar más de un día en componerse y grabarse.

¿El primer resultado? La espera. Aquel día íbamos a comprar un trípode en el Mediamarkt y aprovechamos el propio polígono industrial de Mutilva para hacer los exteriores. El resto está grabado en el propio trayecto de ida y vuelta al Mediamarkt y el garaje de mi casa. Una pizca de Lynch, unas gotas de Cronemberg y una pizca del Fincher que hacía videoclips a la hora de editar, y todo listo.

No sabemos a dónde nos llevará la siguiente aventura. Aunque os diré que está grabada en parte en Madrid, entre Preciados y el mercadillo de La Latina. Habrá más episodios. ¿Cómo serán? Ni idea. Según nos dé el día. Y estamos buscando colaboraciones. Que la gente se involucre con nosotros.


¿Alguien se anima?

Ah! Podéis echarle un ojo a la banda sonora aquí:

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